La articulación temporomandibular (ATM) es una de las articulaciones más complejas de nuestro organismo, no sólo anatómicamente, sino porque además es el eje estructural y funcional del sistema estomatognático, responsable de funciones como hablar, masticar, deglutir, sonreír, besar, respirar, etc.
El bruxismo, apriete dentario diurno o nocturno, ortodoncias e implantes que alteren la oclusión, una posición adelantada o retrasada de cabeza, alteración en la mordida, un exceso de tensión en la musculatura…entre otras muchas patologías, puede provocar una sobrecarga articular y/o distintas alteraciones rompiendo el equilibrio armónico de esta articulación.
Debemos pensar, que la mandíbula y la columna cervical alta trabajan conjuntamente soportando el peso de la cabeza e influyéndose una en la otra. Cuando tenemos un trastorno temporomandibular, empezamos a tener dolores orofaciales, dolor de oído y pitidos, chasquidos en la articulación, no podemos abrir la boca, lo que nos limita el poder comer o hablar con normalidad. Debido a esta relación tan estrecha con la columna cervical, en la mayoría de nuestros pacientes, encontramos dolor de cuello y de cabeza, de garganta… Todo esto nos genera mucho estrés, ansiedad y depresión, y vicerversa.
Es una situación bastante compleja y difícil de llevar para el paciente. En Munay valoramos la necesidad de plantear un tratamiento global y multidisciplinar, con la participación de otros profesionales, para el abordaje de esta patología. La fisioterapia ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de los trastornos temporomandibulares dando mejorías en el dolor, en los síntomas y signos asociados. Así, mediante el uso de terapias manuales, punción seca, ejercicio, corrección postural, diatermia, electroterapia y técnicas como el biofeedback, podemos obtener resultados muy favorables en la resolución de la patología.