Un mejor diagnóstico y tratamiento gracias a la ecografía
Cada día son más los profesionales de la salud que amplían sus campos de conocimiento en el método diagnóstico. La ecografía nos da una visión más local del tejido diana en el momento sin un gran coste añadido y con la máxima seguridad por lo que vemos que cada día es más y más imprescindible en el desempeño de nuestro trabajo.
Es un método diagnostico totalmente inocuo y sin contraindicaciones absolutas aportándonos información detallada del estado de los tejidos en tiempo real, lo que significa que es una prueba de imagen con la que podemos valorar ya no solo el estado actual de un tejido si no como se mueve respecto a otro y que zonas tiene más restricción o falta de movilidad.
Actualmente, la ecografía nos permite valorar las estructuras tras una lesión o traumatismo pudiendo ser más específicos en el objetivo del tratamiento, así como en la forma de abordarlo y posibles orientaciones sobre su evolución.
Lo utilizamos como herramienta de biofeedback para distintos ejercicios y para procedimientos invasivos, de tal manera que realizamos técnicas invasivas como la punción seca o electrolisis percutánea musculo-esquelética con mucha más seguridad, precisión y confianza.
Una recuperación más rápida con la electrólisis
La electrolisis en una técnica de fisioterapia invasiva donde aplicamos corriente galvánica en el tejido lesionado a través de una aguja de punción. Esta corriente produce un efecto analgésico y un proceso inflamatorio local generando una serie de cambios fisiológicos que promueven la fagocitosis y la activación biológica, por lo que mejoramos la reparación y regeneración de la estructura lesionada.
Su aplicación está evidenciada científicamente y es una técnica que siempre se realizará ecoguiada (con ayuda de un ecógrafo) asegurándonos de tratar la zona lesionada. Su aplicación está indicada en diversas patologías:
– Tendinopatías (epicondilitis, pubalgias, manguito rotador…etc.), tenosinovitis.
– Roturas musculares agudas y crónicas.
– Esguinces crónicos.
– Contracturas y puntos gatillo miofasciales.
– Neuropatías.
– Fascitis plantar
Esta técnica requiere de tres dosis espaciadas en el tiempo y de la colaboración del paciente en un programa de ejercicios junto con otras medidas y pautas que pueden complementar el tratamiento. Con esta técnica obtendremos una imagen de la lesión y una mayor eficiencia en nuestro tratamiento.